Todo se relentiza, sube la intensidad
Las pulsiones cada vez son más latentes y el intercambio del ser danzando del sueño a la realidad crea un velo que a penas deja verse entre la neblina que se siente en la red de conciencia.
Todo se desintegra en la mente, caen muros enteros llenos de viejas estructuras y automáticamente se instalan los nuevos sistemas operativos.
Se siente fuerte la red de consciencia, se siente un mundo que lleva acumulados carros de dolor y toca empezar a deshacerse de eso, toca lamerse las heridas y seguir de nuevo.
La manada aúlla al compás y las noches se sienten confusas, no hay horarios, también se derrumban, la información tampoco entiende de eso.
Todo se vive en aquí y en el etérico y la línea que los divide es tan frágil que casi parece confundirlos lo que se trabaja se siente en ambos.
Las relaciones que se llevan al siguiente grado nos marcan la conexión más latente que puede darse, sintiendo al unísono la energía disponible...
El sueño de la realidad
La realidad del sueño ✨
