Me percibo desde una nueva realidad donde me cuesta reconocer toda la verdad que me conforma. Me siento observadora ante la inmensidad de todo lo que soy, sabiéndome la única capaz de enfrentar el vuelo en el universo que se abre ante mi.
Y aunque a veces el miedo me invada por dentro yo sigo mirando el precipicio que soy y lo miro sabiendo que el salto es inminente.
No vale aferrarse a antiguos patrones, los cimientos han sido demolidos y ahora los muros que me conformaban por dentro solo son escombros.
Y aunque todo se vea de un punto elevado, hay cuchillos que te apuñalan el estómago.
Por que ahora no hay un sitio seguro al que aferrarse, en este transitar el vacío todo está reconstruyéndose de nuevo y todo ahora se siente desconocido.
Vuelvo al punto 0 para sentir la inmensidad del ser que encarno y que a cada paso me devuelve más a ese punto de partida.
Emociones que salen a la luz a borbotones
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