La información se mueve a destajo por todas las vías que permite la conciencia, arrasa cualquier muro inestable como un huracán de aire acuariano.
Una vez más me desnudo de toda pretensión que quiera poseerme y me entrego abierta al plan divino que existe para mí.
Miles de datos son descargados cada segundo ampliando así la frecuencia energética en la que vibramos, pero volviéndonos una montaña rusa emocional. Una información que viene del frio invierno pero en la que ya se empiezan a observar los nuevos brotes que darán paso al cálido acogimiento de la primavera.
Nos hemos deshabitado, incluso vaciado de toda aspiración, y allí, en ese vacío me encuentro ante miles de espejos rotos donde las heridas se solapan entre si y vienen a recordarnos que en ese sostén que formamos es en el único lugar donde podremos sanarnos del todo.
Unas raíces que salen de dentro y buscan el camino a la tierra me recuerdan lo efímero de la vida y allí se llena todo de luz y se muestra los fractales sagrados que todo lo sostienen, cuántos universos caben en cada micromundo que nos conforma. Ahí comienzo a conocerme para habitarme. Desde ese punto, desde esa estancia. Ampliando mi voz en cada suspiro para sanar mi alma.
Feliz luna nueva en acuario
